A LA BUENA DE DIOS
Se
dice y con verdadera certeza, que el teatro es un espacio de
entretenimiento y reflexión, o, al menos, así debería ser para el
acercamiento masivo de un público aun esquivo a este maravilloso
arte.
El
estreno de A LA BUENA DE DIOS condice con dicho anhelo y confirma
aquello de que una vez finalizado el espectáculo nada le será igual
al espectador .
La
obra indaga sobre las conductas humanas y sus reacciones sobre los
acontecimientos que la existencia produce y las derivaciones en que
las mismas pueden derivar.
El
texto parte de un viaje en automóvil, que tres hermanas solteras y
ya maduras realizan para llevarles a un sacerdote donaciones
recogidas. Un inesperado hecho las encuentra perdidas y varadas en el
peligroso camino y sin combustible al comenzar la noche.
Las
tres son seres profundamente devotas de la religión católica, sus
oscuras vidas sumidas en un pequeño pueblo del interior de nuestro
país y ajenas a todos los acontecimientos políticos y sociales que
se van produciendo aquí y en el mundo. Son seres puros, nobles y
solidarios, ajenos a toda perversión y maldad.
El
encuentro de una de ellas con un perseguido por la policía,y que
ella lo ignora, desataría a posteriori una tragedia. Mientras lo
ayudan, pues está herido de bala, se entabla entre ellos, muy
interesantes diálogos donde afloran los conceptos y tradiciones
milenarias de parte de ellas y otras del herido,que resulta ser
periodista, explicando los avances de la humanidad en la lucha por un
mundo más justo e igualitario y que sólo los humanos unidos para
tal fin lo podrán lograr. Las mujeres absortas en sus creencias de
la existencia de un ser superior, no alcanzan a comprender lo que
escuchan.
La
riqueza del texto de Juan Ignacio Fernández y con una más que
estupenda dirección de Tatiana Santana, traspasa con inteligencia de
la comedia al drama y las logradas escenas muy bien concretadas, nos
deja con la incomprensión del porque el ser humano o algunos muchos
de ellos, en nombre de Dios y la defensa de los ideales occidentales
y cristianos, pueden cometer todo tipo de violencia genocida,
traicionando el concepto fundamental que ellos dicen defender que es
el valor de la vida humana.
Natalia
Santana, quien ya nos asombrara con” Fanny y el almirante”,vuelve
aquí con mano segura a la conducción actoral que seguramente le
debe haber creado dificultades a resolver, pues con sapiencia y
capacidad ,genera el travestismo en la actuacion, dado que los
personajes femeninos son realizados por varones y el de los
masculinos por mujeres. Un hallazgo actoral estupendo, mas allá de
todo prejuicio y un texto que analiza subliminalmente, hasta donde
puede caer la demencia humana.
JAIME
TARASOW AM 1580 TRADICION
El camarin de las Musas Abril 2018
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