EL HERRERO Y LA MUERTE


Este maravilloso invento humano, que es el teatro, no deja de sorprendernos y es un ejemplo patente de lo valedero de que el mismo es un arte vivo.
El estreno del HERRERO Y LA MUERTE es una sorprendente puesta teatral de una fábula que se asemeja a las clásicas de Esopo y LaFontaine, pero que aquí no está dirigida a un público menudo sino que va dirigido directamente a un espectador predispuesto a disfrutar el enorme mensaje.
La anécdota es simple y compleja pero muy aleccionadora. Los mismísimos JESÚS DE NAZARET y SAN PEDRO salen a recorrer el mundo para observar las vivencias de la gente. Cansados de caminar, sedientos y hambrientos piden refugio y comida en una humilde tapera habitada por un herrero y su hermana. A pesar de la enorme pobreza les es complacido sus deseos con lo único que poseían.
Agradecidos por la ayuda resuelven volver al camino, pero de inmediato vuelven sus pasos y JESÚS en gratitud le concede tres deseos que no se podrán cambiar pero si cumplir fielmente.
Las respuestas del herrero no son totalmente comprendidas por SAN PEDRO quien le susurra permanentemente que pida el paraíso.
Pero este noble y un poco raro ser, no escucha al santo y pide deseos aparentemente desfachatados.
Muy solidario y noble con los demás, devoto en el valor de la palabra de honor, pero asimismo entusiasta por el juego, pide no perder nunca.
El inmenso mensaje de esta” leyenda criolla” es que el abuso del poder se puede volcar también contra uno. Pero también están presentes las falacias de la corrupción, los engaños de los políticos, y la debacle que le puede ocasionar a las fuerzas dominantes, si se detuviera la muerte en el mundo tal como es un pícaro deseo del herrero.
Todo el elenco esta a un altísimo nivel de actuación debido a una acertadísima dirección que por momentos nos retrotrae al teatro de máscaras. Un ritmo pleno sin fisuras apoyada en un texto que a través de la ironía nos presenta un mundo enfermo y un futuro incierto y donde la vida para ser plena debe ser acompañada con bienestar. Vivir por vivir, con la muerte suspendida sin objetivos y posibilidades, tampoco es vida.
Pero en este hermoso espectáculo, imprescindible de ver, nos demuestra nuevamente que los “no leídos” al decir campero, son mas sabios , inteligentes y pícaros, que los instruídos en academias y además nos enseña que el saber popular puede dejar mal parado hasta al mismísimo diablo.
JAIME TARASOW A M 1580 TRADICIÓN

Teatro Celcit Abril 2018


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