PAPUSHKAS
Cuando
aun no se han cerrado por completo las heridas de la catástrofe para
la humanidad que fue el nazismo, cuando aun es difícil de entender
para muchos lo que fue la segunda guerra mundial del siglo pasado a
73 años de su finalización,cuando la documentación relativa a ella
es infinita, hasta la que consta de los propios nazis, estamos en
medio de un negacionismo incomprensible e intolerante tanto en
nuestro país como en el resto del mundo.
Cuando
estos sucesos son difíciles de digerir y menos aun de comprender,
nos llega con gran oportunismo esta enorme, emotiva y desgarradora
obra teatral PAPUSHKAS, mi propio Kadish, en donde la ficción y la
realidad se entrecruzan, se adhieren y dan paso a una realidad
indagatoria.
La
dramaturga Melisa Freund, a su vez actriz en esta puesta, quiere
rendirle un sentido homenaje a su padre sobreviviente del holocausto,
quien siendo aun pequeño, perdió a toda su familia en las cámaras
de gas. Salvado por familias generosas y circunstancias fortuitas,
pudo llegar a este país y reiniciar una nueva existencia.
La
puesta se trata de una obra dentro de otra obra, dentro de otra obra
y dentro de otra obra como las famosas muñequitas rusas que están
unas dentro de otras.
Su
hija decide contratar a un actor para hacer de su padre,en la ficcion
que a su tiempo fue también amigo de él y así entre recuerdos con
su padre de la ficción, representan escenas escritas por su
progenitor que fue dramaturgo, actor, y también traductor.
Un
recordatorio de algo de su vida, una historia del nazismo desde el
advenimiento de Hitler a la política y su posterior ascenso al
poder, van desfilando a través de la obra y tratando de desentrañar
las vivencias no muy poco conocidas por ella,debido a la parquedad de muchos sobrevivientes en recordar y contar la infamia
sobrellevada.
Todo
es de una calidez y emotividad deslumbrante; las permanente
secuencias entre ficción y realidad se yuxtaponen; las emociones
trascienden del tablado, contagiando a los espectadores y las
nostalgias se van acumulando.
La
hija a la muerte de su padre quiere ser participe del Kadish, oración
muy solemne y emotiva en recuerdo de los muertos que solamente los
varones de religión judía en mínimo de diez , mayores de 13 años
pueden realizar y es aquí donde hay una crítica, un poco sutil y
un poco real, cuando en tono de pregunta, la hija expresa una
reflexión, el del porque se debe disfrazar de varón instando a un
engaño, debido a una maliciosa y aberrante tradición religiosa
machista que no le permite concretar tan íntimo deseo.
Lamentablemente las religiones tradicionales no se han adecuado a
ciertos avances de la humanidad y la mujer sigue siendo un objeto del
varón
Esta
actitud tiene fundamental importancia cuando en el mundo se está
gestando una enorme movilización de mujeres en reivindicación de
sus derechos y un enfrentamiento a las caducas y cavernarias
tradiciones religiosas monoteístas donde aun sigue vigente el
patriarcado.
Una
obra que mas allá de sus enormes valores actorales nos recuerda una
nefasta realidad de lo sucedido trae el “No olvidar y No perdonar”
al recuerdo y una lamentable constancia de hasta donde,ello es de
temer,y hasta donde ,puede llegar la perversidad humana.
Melisa
Freund es autora del libro, actriz y directora, esto último en
colaboración de Analia Mayta. Julio Marticorena secunda con
estupendo profesionalismo a la hija, demostrando con ello ser un
actor de fuste. En tanto la música en vivo y la visualización del
espectáculo dan brillo a la propuesta.
La
comunidad judía en especial y la que no lo es , se han de emocionar
ante este espectáculo ideado y concretado desde lo mas profundo de
los sentimientos humanos
JAIME
TARASOW A M 1580 TRADICIÓN
TEATRO LA PAUSA TEATRAL-SABADOS 19hs.AGOSTO2018
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