LA CATEDRAL SUMERGIDA

El teatro es un ritual mágico sobre el escenario muy difícil de explicar, el mismo nos presenta un conflicto, y la o las palabras vienen después.
Se puede decir que se establece dentro de ese ritual un límite, del actor, que entra y sale, generando una chispa teatral entre el que especta, y los que le dan vida a ese ritual.
También es sabido que la memoria es el idioma de los sentimientos y donde el pasado nunca pasa y no se puede psíquicamente renunciar a el.
Viene esto respecto a la estupenda obra “La catedral sumergida”, una muy sentida elaboración dramática de Enrique Papatino, que nos presenta los traumas de un ser humano, en su atormentada vivencia, posterior a la desaparición física de su adorada esposa.
Papatino se sumerge en los mas íntimos sentimientos de este atormentado mortal, que no sabe o no puede resolver tales dificultades, y que lo lleva a ciertos desequilibrios emocionales.
Los personajes son tres, dos mujeres y un hombre, este último un escritor, apasionado por la buena música y la literatura, que esta escribiendo una novela y que debido a esos traumas no encuentra como darle fin . Las permanentes apariciones fantasmales de su adorada mujer aflora el recuerdo de tales sentimientos y le genera una inconsistencia en su diario vivir.
Es así que busca en otra mujer, circunstancialmente conocida, algún apoyo que lo aleje de su atormentada soledad, pero un enigma que no quiere confesar, también le ocasiona conflictos y ese dilema que oculta, le cierra la alternativa buscada.

Es como si sus emociones estuvieran sumergidas en la inmensidad marina y que cuando ella baja, las mismas salen a la luz.                                                                                                         Claridad que solo el enorme amor nos puede ofrecer.
Un poético canto a la búsqueda de la felicidad que a veces la vida misma nos quita, pero que el entrañable amor y el imperecedero recuerdo nos lo devuelve.
Un texto riquísimo donde el humanismo aflora en su mas amplia concepción íntima y conmovedora. Nuestras dudas y angustias en el diario vivir, como así nuestro querer y no encontrar como poder solucionar nuestras desdichas.
Magníficas actuaciones de Yamila Ulanovsky- Analia Yáñez y Gabriel Rovito que dan vida a esos personajes estupendamente elaborados por la mano maestra del director Enrique Dacal.
Muchas veces un gesto o una mirada pueden mucho mas que las palabras y son elocuentes en la plasmación y concreción de una escena. Mucho de eso es el logro de la dirección que fascina y emociona al espectador y que el plantel actoral nos lo trasmite al máximo.
Una profunda indagación al amor, un canto a la vida, un deshacerse de la soledad y un encontrarse con la vida. En suma un disfrute emocional y visual
Otro de los innumerables aciertos del MÉTODO KAIROS un teatro que es garantía de calidad en sus espectáculos.

JAIME TARASOW-AM 1580 TRADICION.

EL METODO KAIROS-DOMINGOS 18HS























































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