ESA NIÑA (volvere y seré millones)

El movimiento teatral nos da permanentes y agradables sorpresas que no son mas que una demostración de la importancia de este incomparable arte, que se asemeja a un arcón del cual no surgen cosas, sino ingeniosas ideas.

La obra “ESA NIÑA”, (volveré y seré millones), opera prima de Lucila Quarleri, es una fascinante historia, semejante a un cuento, que a través de una semi desprejuiciada mirada nos adentra en una parte de nuestra historia a partir de mediados de los cuarenta.

Es un relato ficcional de dos niñas que ocasionalmente viajan en un medio público. Una de ellas pertenece a una familia oligárquica y era la primera vez que subía a un colectivo. La otra, con los años, una de las figuras mas relevantes del siglo 20. De ese ocasional encuentro se entabla entre ellas una amistad. Acá radica un gran logro en la dramaturgia, que logra demostrar en los vaivenes de la indagación de ellas, la posibilidad de una relación, a pesar de las diferencias.

La historia nos la van contando ambas niñas. La de la high society ya crecida y que a través de ella van apareciendo los prejuicios de la clase dominante, como las contradicciones, que también existen entre sus integrantes. Es como una mirada del proceso político que se iniciaba desde los mismos ojos de la oligarquía, de una clase social acostumbrada a todo tipo de privilegios que veían en peligro su futuro. Y la otra que al tiempo sera Evita que trata de mostrarse y explicar quien es y sus deseos y objetivos, enfrentando todo tipo de degradaciones, insultos además de todo lo degradante que anida en el ser humano

Con el justicialismo que por entonces se iniciaba, nace el movimiento de masas mas importante de nuestra historia y con el, surge la figura de Eva Perón, esa mujer que con el tiempo se transformó en la abanderada de los humildes. En esas instancias, era muy fuerte la sociedad machista, y aun muy establecida la familia patriarcal, presidida por un padre amo, cuya voluntad, era la ley impuesta para todos los demás miembros de su familia.

Ese nefasto patriarcado, que aun subsiste, aunque muy debilitado, fue agrietado por esa mujer que con falencias , fue una ferviente luchadora por los derechos y la igualdad de las mujeres y que clamaba que todos somos iguales, en nuestras diferencias, pero con derechos. Fue la inspiradora del voto femenino . La que hiciera germinar en las mujeres la lucha, que hoy es el el movimiento “Ni una menos”.

También es mencionado en el transcurso del relato la enorme grieta existente entre las clase burguesa oligárquica , el de los odiadores y defenestradores a ultranza, y el amor profundo de las masas desposeídas hacia esa líder nacida desde ese seno.

La importancia histórica de esta mujer aun no se ha indagado a fondo, aquí no se la juzga se la observa desde el lado amistoso. Falta hacerlo sin prejuicios y sin fanatismo en su integridad, dándole el verdadero valor si es que lo tuvo.

Viene bien a este comentario lo escrito sobre ella de Maria Elena Walsh. “El pobrerío se quedo sin madre llorando entre faroles sin crespones,llorando en cueros, para siempre solos”.

Esta importante obra tiene su inspiración y motivación para escribirla cuando asumió la presidencia del país una mujer y ese impresionante acontecimiento la inspiró para dar realidad a este gran logro artístico.

Excelente el trabajo actoral de Maia Lancioni que logra adentrarse a la perfección en esta amiga que en instancias la adora y en otras la desprecia .

La dirección esta también a cargo de Lucila Quarleri que también es toda una sorpresa y ya nos genera una esperanza sobre nuevos logros de esta novel dramaturga.

Muy bien resueltos todos los detalles técnicos con los pocos elementos escenográficos.

JAIME TARASOW.- AM 1580 TRADICION.-

                                                                   Actua:MAIA LANCIONI

Diseño de vestuario y escenografía: Maricel Aguirre

Diseño de luces: Lucia Feijoó

Fotografía: Hersilia Alvarez

Diseño gráfico: Estefanía Borges

Producción: Pablo Lopez

Supervisión dramatúrgica: Maruja Bustamante, Camila Mansilla y Eugenia Pérez Tomas

Dramaturgia y dirección: Lucila Quarleri