LA PILARCITA
El talento y la vocación son
cosas que no se aprenden, surgen de la inquietud e interés de cada
uno de nosotros. Pero si se desarrollan, si
las mismas son estimuladas porque la capacidad artística la tenemos
todos los seres humanos.
Es
decir, que tal capacidad natural no es exclusiva a una determinada
clase social sino que todos las poseemos y allí están dispuestas a
manifestarse tan pronto les demos la posibilidad.
Esta
verdad ineludible ha permitido la integración al universo teatral a
una inmensa cantidad de jóvenes que lo pudieron concretar gracias a
los enormes talleres de formación en distintos lugares de nuestro
país y no centrados solamente en la Capital Federal.
Tal
inclusión ha permitido la formación e integración de los mismos en
distintas facetas de este incomparable arte y es así que hoy nos
deslumbramos con los autores,actores, directores y con quienes
pusieron su ingenio en la parte técnica para tan importante logro.
Que
bueno que un importante sector de nuestra sociedad haya comprendido
que la exclusión no es el mejor camino para un desarrollo total de
país sino permitiendo que todos puedan tener el derecho y las
posibilidades a su formación y que ello solo se lo puede hacer
generando las condiciones para lograrlo!
Sería
muy largo enumerar la cantidad y calidad de las gratas realidades que
hoy integran los elencos. Entre los
hallazgos para este arte debemos nombrar a Maria Marull, surgida de
tal inclusión, que ya brilla con luz propia y de la cual, de acuerdo
al talento ya demostrado, es mucho lo que espereamos.
Desde
hace cuatro temporadas LA PILARCITA, esta bella pero altamente
conmovedora obra, viene recibiendo premios y nominaciones, pero más
que nada, el afecto del público que es lo más valedero.
A
través de una sencilla historia Maria Marull nos pinta el contraste
entre la vida de la gente de un pueblito, en este caso de Corrientes,
y la alocada vivencia de quienes habitan en las grandes ciudades. Muestra ese tremendo entrecruce de la amabilidad, humildad, dulzura de quienes
están habituados a esos procederes, devotos de la tranquilidad y sus añejas
tradiciones, pero también son presas de las mismas. Esa solidaria
inocencia contrasta con la soberbia, intolerancia y hasta
discriminación de los supuestos turistas.
Todos
los años se realiza en ese pueblito una peregrinación al santuario
de LA PILARCITA donde gente de distinta condición social y de
distintos lugares le va a rendir homenaje a esta criatura que por
recuperar una muñeca que se le había caído fue accidentalmente muerta por
el carromato en el que se trasladaba. Desgracia ocurrida a comienzos
del siglo pasado.
Es
conocida la devoción y fe en las tradiciones religiosas y en la
búsqueda de milagros de mucha gente ante angustiosas situaciones y
que está arraigado en el espíritu popular.
A
esta masiva movilización apela una pareja tratando de lograr el
milagro para la cura de una enfermedad terminal que fracasa pues los
milagros a los que uno se aferra, son un deseo intimo, pero en
contradicción con la ciencia.
Todo
transcurre en un caluroso día de verano donde luego de la
peregrinación se desarrolla una fiesta popular con cantos, bailes y
abundante bebida tan típicas en las festividades del interior del
país.
Una
mirada con mucha ternura a ciertos conflictos humanos, un adentrarse
en la dificultad de relacionarse los unos con los otros, pero como
todo ello se disipa a través del diálogo y con la comprensión.
No
hay golpes bajos a la que la temática hubiese podido apelar y eso es
lo trascendental de este logro artístico que llega plenamente al
corazón del espectador, porque nos cuentan historias humanas reales
aun siendo ficcionales y que fueron y son vividas por quienes
abrazaron la fe a sus creencias.
Pero
esta enorme propuesta artística cobra mayor dimensión por la
impresionante actuación de Pilar Boyle-Julia Catala-Mercedes Moltedo
y Julián Rodríguez Rona quienes se adentran de tal manera en los
personajes que creemos que ellos están contando sus vivencias y
todo ello genera un clima conmovedor.
Magníficas
las canciones cuyas letras de Maria Marull reflejan la historia de lo
sucedido como asimismo pegadizas las melodías autóctonas. Todo
concretado por una estupenda dirección atenta a los mínimos
detalles y es aquí donde brilla a pleno el talento de la
increíblemente joven MARIA MARULL en su doble faz de dramaturga y
directora.
Una
mirada en profundidad a algún personaje nos hace reflexionar que el
deseo de emigrar a las grandes centros urbanos son debidos a los
escasos medios de desarrollo y formación de esos lugares y aquí
cabe la pregunta.¿Para preservar la cultura y tradiciones de los
lugareños, no seria mejor e importante generar condiciones para el
establecimiento de fuentes laborales y educacionales para evitar ese
despoblamiento y preservar tan rico acerbo cultural?
JAIME
TARASOW-AM TRADICIÓN 1580-
EL
CAMARIN DE LAS MUSAS-SABADOS 20 HS Y 22HS -
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