GOLPES A MI PUERTA

El teatro ¿ Es solamente un espectáculo de entretenimiento y para pasar un momento placentero que permite mostrar ciertos acontecimientos de la vida misma desarrollándolos artísticamente, o por el contrario, debe ser un arte comprometido, un arte que definitivamente se convierta en una crítica a la realidad social de la vida humana? Hurgar en las grandezas y miserias que los mortales somos capaces de realizar y que en la historia de la humanidad quedó ampliamente reflejado y demostrado.
Me vienen tales divagaciones, luego de haber espectado la impresionante propuesta teatral de Juan Carlos Gené, GOLPES A MI PUERTA.
La obra fue ideada durante la obligada estadía de Gené en Venezuela y la temática, pese a tener ya casi 50 años de escrita, es de una impresionante actualidad. El terrorismo de estado y la brutalidad que el mismo conlleva están plasmados con mano maestra.
La historia transcurre en cualquier país latinoamericano o el nuestro mismo, que sufrió los golpes de estado y violencia militar gestados o promovidos por intereses económicos anti populares y una despreciable y obsesionada ambición de poder.
Dos monjas que en su afán de identificarse con el pueblo, e integrarse a él se visten sin los clásicos hábitos, viven su rutina en la máxima pobreza subsistiendo como pueden. Lo hacen con absoluta convicción sin imposición. No saben de política ni se interiorizan por ella. Si saben de la miseria que padecen los pobres y que solidaridad pueden acercarles a esos seres para aminorarles sus sufrimientos.
El asilo de un militante de la resistencia que, desesperado trata de salvarse de la persecución en la que se ve envuelto por las cruentas fuerzas invasoras y opresoras, gestoras de la situación sangrienta, genera una conflictiva relación entre las religiosas.
Las dos fervientemente identificadas con los puros y genuinos preceptos bíblicos poseen distintos caracteres, ambos comprensibles y humanos.
Una de ellas, de riquísima personalidad, llena de amor por el semejante y querer trasmitirlo, basada en hacer el bien sin mirar a quien, tratando siempre de hacer lo que según entiende, y Dios le marca, asumiendo los peligros. A su vez está llena de contradicciones, pero siempre sigue fiel a sus principios solidarios.
La otra un poco exaltada, temerosa también, muy atada a los preceptos religiosos y obediente a los dictados de la dirección eclesiástica.
Un texto dramático, provocador, de enorme dimensión que desnuda la relación de la iglesia con las fuerzas militares y políticas, situación lamentablemente conocida, denunciada y sufrida en nuestro país, que fueron cómplices de los mas aberrantes métodos de tortura y desaparición de personas.
La trágica historia que se cuenta y su desenlace, nos trae a la memoria a las dos monjas francesas, quienes después de las salvajes torturas fueron arrojadas vivas al rio. En esta obra la que dio el asilo es detenida. El siniestro comandante de la represión y el arzobispo tratan de salvarla, a condición de degradarse firmando una infame confesión, humillándose y declarando contra inocentes.
La delación, mentiras, falsedades y falacias de todo tipo se exponen con total crudeza. Los valores éticos y los morales preceptos clásicos de las religiones son antepuestos a la vil y miserable política de las fuerzas armadas opresoras.
Una muestra artística que acompaña el texto con una pobreza en los recursos escenográficos, dándole de ese modo mayor jerarquía a la parte actoral, que clarifica con nitidez que la desigualdad social, y el hambrear a los desposeídos,”es una forma de violencia oficial que dispara sobre las libertades, “ como dice el programa.
El amor que derraman estas sufridas religiosas, inocentes de las barbaries a las que se ven envueltas, sufren la delación y una de ellas, el encierro que con entereza enfrenta. No se deja amilanar con lo mejor que el humanismo nos dotó, por sobre la mentira y perversidad de la obediencia debida a la que la quieren obligar, pero sus principios cristalinos pueden mas que la muerte que la acecha.
Una propuesta de teatro político social de enorme y grandiosa elaboración, concretada con una solvencia artística admirable que emociona al espectador.
Esta temática, remarcando los procesos históricos de estas tierras, de la violencia y años de fuego, hace tiempo se viene abordando con distintas miradas, pues la memoria es el idioma de los sentimientos y no se puede renunciar a el.
Asi como hoy los curas villeros, viven con los pobres predicando la lucha contra la injusticia, esta enorme escritura de Gené, desenmascara la mas vil perversidad del autoritarismo, el despotismo y a la degradación a que nos quieren llevar quienes rigen los destinos de los demás y con el aval de cierta justicia, avasallan como sea a quienes tienen la osadía de enfrentarlos.
Impecables actuaciones con el medido dramatismo que los personajes requerían, una solvencia artística que ya es rutina en nuestro teatro y mas aun en el independiente.
Patricia Palmer- Maria Marta Guitart-Pablo Caramelo- Livia Fernan-Rodrigo Alvarez- Silvina Muzzanti-Cesar Repetto- Leandra Rodriguez-Lucas Mendez y Jorge Duarte son los que dan vida a los personajes. Si la actuacion de todos es de un altísimo nivel, el cinismo del represor y las dos monjas es memorable, mucho debido a la dirección de Dora Milea que con lo mejor de la sensibilidad femenina, le fue dotando los movimientos, tiempos y reacciones que ellos requerían.
Otro logro de este inmenso templo de arte que es el CELCIT y un justo y merecido homenaje a la enorme figura que fue Juan Carlos Gené.

JAIME TARASOW-AM 1580 TRADICION.-

TEATRO CELCIT-DOMINGOS 19HS

PUBLICADO EN MI BLOG:jaimetarasow.blogspot.com


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.icha técnico artística
Autoría:
Juan Carlos Gené
Actúan:
Rodrigo Alvarez, Pablo Caramelo, Jorge Duarte, Livia Fernan, María Marta Guitart, Lucas Mendez, Silvina Muzzanti, Patricia Palmer, Cesar Repetto, Leandra Rodríguez
Diseño de vestuario:
Alejandro Mateo
Diseño de espacio:
Marcelo Valiente
Diseño de luces:
Leandra Rodríguez
Diseño sonoro:
Marcelo Andino, Julieta Milea
Realización de utileria:
Augusto Latorraca
Fotografía:
Adrian Arellano, Gianni Mestichelli
Diseño gráfico:
Adrian Arellano
Asistencia de iluminación:
Sofía Montecchiari
Asistencia de dirección:
Mauro J. Pérez
Prensa:
Marcos Mutuverría
Producción ejecutiva:
Ale Garcia
Dirección:
Dora Milea
Este espectáculo forma parte del evento: Día del Teatro Latinoamericano
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