LATE EL CORAZON DE UN PERRO
Luego
de haber espectado
la emocionante obra teatral LATE EL CORAZON DE UN PERRO, muchas
cosas me avivaron mi propia experiencia humana y mi reflexión
sobre la misma.
¿
Es posible desprenderse de cosas útiles o no, que en el transcurso
de nuestra vida fuimos acumulando, o es, sacarnos algo de nuestra
propia existencia?
El
reencuentro de una
madre con su hija azafata, luego de un largo tiempo, aviva los
conflictos que ya existían. El esfuerzo por sacarla de esa montaña
de recuerdos , de la acumulación de objetos, sin que su vida
colapse era la
intención,
de la hija.
La
aparición de un bombero, antiguo novio y compañero de escuela de
la misma, trata de hacerla comprender del peligro de perder la
vivienda por su estado insalubre.
Puede
una hija identificarse con una madre con la cual tuvo tantas
dificultades, que la obligó a irse de su casa y actualmente
encerrada en una aparente no vida?
La
difícil
existencia en un pueblo chico del interior
de la provincia de Santa Fe, en una impenetrable soledad, sólo
aferrada a esos ya viejos trastos, que
son su compañía,
donde ella que tuvo ilusiones no concretadas, se debate en el delirio
de un pasado y presente con
su enfermedad del síndrome
de Diógenes.
La
obra indaga como una radiografía la intimidad de ese ser solitario,
que vejeta en esa casona aferrada a recuerdos familiares, de la cual
la quieren desalojar.
Fue
esa mujer también una víctima de una sociedad conflictiva, que no
la entendió y no la integró, no tuvo contención y tal
circunstancia le produjo dicho síndrome.
Los
vínculos
afectivos, las reacciones humanas en difíciles
circunstancias están
expuestas en la
dramaturgia de Franco Gabriel
Verdoia, sumamente
intensa, dramática,
humana y que se adentra en la ideología
que el diálogo
tolerante puede lograr lo que no puede la violencia.
Todo
está
expuesto hasta desnudar el interior de los personajes, pero ahi
quedan. Solo los
espectadores desentrañan el dramatismo que ésta
historia expone, en donde nosotros mismos nos vemos expuestos.
Muy
profunda, dolorosa pero inmensamente humana, además de una
lamentable muestra de una sociedad no contemplativa, donde los fines
comerciales se anteponen a todo.
La
temática
y su desarrollo artístico
es de un nivel superlativo, pleno ademas de inmensamente
poético,Silvina
Sabater,como Mabel, la
madre inolvidable. Se
lucen en sus composiciones también
Mónica
Antonopulos, como en
Ana, la hija
y Diego Gentile, en
el papel de Hernán.
Una
mínima pero muy creativa escenografía y correctos los demás
detalles técnicos, mas una estupenda dirección del mismo Franco
Gabriel Verdoia le dan los toques finales a esta inmensa propuesta
artística.
JAIME
TARASOW-AMTRADICION 1580.-
TEATRO
CALLEJON DE HUMAHUACA-DOMINGOS 20.30HS.-
Ficha técnico artística
- Dramaturgia:
- Franco Gabriel Verdoia
- Actúan:
- Mónica Antonópulos, Diego Gentile, Silvina Sabater
- Diseño de vestuario:
- Cecilia Allassia
- Diseño de luces:
- Matías Sendón
- Música:
- Ian Shifres
- Fotografía:
- Franco Gabriel Verdoia
- Asistencia de dirección:
- María Gowland
- Producción general:
- Andrea Ronco
- Dirección de arte:
- Alejandro Goldstein
- Dirección:
- Franco Gabriel Verdoia
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