POTESTAD

Creer que estos, o los hechos que nos trasmite esta clásica y ya enormemente histórica obra que es POTESTAD, han quedado en el pasado,es negativo. Todo lo contrario y se equivocan quienes eso piensan, pues tal idea es la mejor colaboración a la trágica época que se reseña y al siniestro personaje que la obra ejemplariza.
En nuestro país hay quienes quieren olvidar o minimizar la cruenta dictadura setentista. Son esos mismos sectores los que quieren aprovechar el nefasto neo liberalismo que se está imponiendo en una importante parte del mundo, para que los mismos vuelvan con mas brutalidad, pero mejorados, mejor implementados, más cruentos, pero sin los “errores” de la vez anterior donde dejaron huellas de tal barbarie.
Puesta esta obra inspirada en el teatro japones NOH, pero solo en algunas de sus formas, la dramaturgia gira, no sobre un hecho coyuntural, sino sobre uno central, muy doloroso, cuyas heridas siguen manando la sangre de la impunidad. Se unen aquí en este novedoso reestreno el arte oriental con la dramática tragedia que nos toco vivir.
La versión respuesta cobra inusitada realidad por los cruentos acontecimientos que están sucediendo en nuestra América y de las cuales la obra nos habla. De ese pasado y del doloroso presente en el cual se cometen las mayores atrocidades en nombre de Dios y la Biblia, o con ella en la mano agitándola.
Los genocidios aun no aceptados por los opresores, como así también la colonización y la inhumana matanza desde entonces de los pueblos originarios, hasta la atroz dictadura que nos ha dejado 30mil desaparecidos se insinúan en la misma.
Lo hace a través de las vivencias de un medico represor que va relatando su historia y la perdida patriarcal de su vivencia conyugal como así también la de padre de una niña apropiada.
La dramaturgia de Tato Pavlovsky es inmensa, profunda y penetra en lo mas profundo de este siniestro personaje, que todos sus terribles actos los hacia para el bien de la sociedad, creyendo y mentalizado que el peligro del supuesto marxismo le permitía ese salvaje obrar.
Esa mente enfermiza esta aun enclaustrada en distintos sectores racistas y
segregacionistas insertos en lugares claves de nuestra sociedad mundial.
Maria Onetto realiza un memorable trabajo con recursos actorales notables, dentro de una puesta muy austera, prácticamente sin decorados, lo que permite jerarquizar aun mas dichos recursos expresivos. La voz y el cuerpo de Onetto están al servicio de la generación del clima patético requerido.
Todo este proyecto artístico es de un nivel elevadamente conmovedor, temática y dirección acorde a la ideología del enorme Tato Pavlovsky. De talentoso vuelo la dirección de Norman Briski y un hallazgo el vestuario de la ingeniosa Renata Schussheim.

JAIME TARASOW.- AM 1580 TRADICION.-

TEATRO CARAS Y CARETAS 2037.- VIERNES 22.30HS


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