COSAS QUE SUPIMOS SIEMPRE

El teatro es una experiencia única en el universo cultural, tiene coincidencias con algunas otras artes que también intercalan realidad con ficción, pero a diferencia de ellas, nos permiten participar por su visualización y ser cómplices de lo que nos exponen.

La literatura quizás, la mas cercana en tal integración sólo nos permite imaginarnos y desarrollar la fantasía sobre lo que nos trasmite el escritor.

Estos difíciles momentos en que esta pandemia que azota al mundo entero, nos obliga a una cuarentena, donde el contacto social humano esta como petrificado, es en estas circunstancias, cuando debió aguzarse el instinto creador de quienes conviven en el universo artístico que, debieron amoldarse a tal realidad y así fueron naciendo creaciones y adaptaciones para poder ser vistas por streaming, zoom, etc, con las limitaciones que esta pandemia generó.

La dramaturgia de “COSAS QUE SUPIMOS SIEMPRE”, nació en tales circunstancias. Se ensayó con las dificultades de un domicilio particular y se concretó artísticamente en el teatro EL EXTRANJERO a sala vacía, para ser vista por streaming, con un resultado mas que sobresaliente.

Nicolás de 45 años encuentra a Antonio su padre que orilla los setenta, escondido en un depósito de sillas, manteles y mesas. Afuera hay una fiesta de la que Antonio debió ser parte y se escapó de la misma. Su hijo intenta convencerlo para hacerlo regresar pero todo es complicado.

Para poder volver si esto fuera posible y debería serlo, primero habría que comprender, recordar,aceptar y finalmente asumir ciertas cosas que supimos siempre, pero que no fueron suficientemente comprendidas. En estos ítems de estas cosas, a las diarias convivencias, están muchas de las falencias humanas de quienes integran esta sociedad en permanente crisis.

Este diálogo que el talento de Ignacio Apolo aborda y ahonda en la idiosincrasia mas íntima de las reacciones de las conductas humana. Lo hace con profunda y certera visión, como si el mismo fuera partícipe de este encuentro.

EL diálogo fuerte al comienzo, entre ambos, se va tornando tierno y comprensivo. Se van conociendo y ambos desahogan las frustraciones vividas, que no pudieron construir una vida normal con sus distintas parejas. Ambos con divorcios , separaciones y poca o casi ninguna integración familiar, marcan duros puntos de sus existencias.

La presencia cercana de la muerte que admiten, retrotrae al padre a asumir nuevas obligaciones y este escape obedece a una ellas.

En emotivos pasajes del encuentro dicha temática se lo toma como algo trascendente, pero admiten que toda la humanidad deberá pasar por ella.

Pero también en medio de las divagaciones, parece aflorar el concepto de darle mas valor a la existencia, disfrutarla al máximo posible, quizás seria mas fácil asumirla.

Una obra que mas que un espectáculo artístico, nos enseña cuan importante es la relación familiar, que importante es aceptar que un matrimonio no es una preeminencia de uno sobre el otro y que ambos se deben aceptar y respetar. El vínculo cuando hay amor, se fortalece con el tiempo y en estos dos seres con un tortuoso paso por la vida, faltó ese afecto como el asesoramiento filial y que recién en este fortuito encuentro descubrieron.

En ese pequeño espacio aislados de todo el exterior un padre y un hijo desmenuzan en tal intimidad cosas de la que nunca hablaron que se supone se sabían pero que el lazo familiar desconoció.

En el diálogo brota, como sublimemente la enquistada manera en nuestra actual y por demás enfermiza sociedad de pensar de quienes sostienen que el hombre por naturaleza es superior a la mujer. Esa falencia esta siendo combatida además a la espera también de derrotada.

Las composiciones de Arturo Bonín y Fede Marrale dotan a los personajes con la solvencia actoral de ambos, trasmitiendo y haciéndonos partícipes de todas las angustias como las asignaturas que ambos aun les queda pendientes.

Un enorme logro artístico de la dirección de Ignacio Apolo que supo eludir las dificultades al mejor estilo Maradona y lograr que un diálogo se transforme en algo trascendental.

Vaya una reflexión final. “La memoria es el idioma de los sentimientos, el pasado nunca pasa, no se olvida pero por sobre todo, no se puede renunciar a el”.


Grabada exclusivamente para ser vista en streaming

en el teatro El Extranjero

Estreno teatral en formato virtual

 

Un amor filial y los temas pendientes


Cosas que supimos siempre

Escrita y dirigida por Ignacio Apolo

 

Con Arturo Bonín y Fede Marrale

Escenografía e iluminación: Félix Padrón

Comunicación + Media: Duche&Zárate


 

 


 

 



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