HABITACIÓN MACBETH

 

Un acontecimiento extraordinario, para nuestro teatro, es el estreno de HABITACIÓN MACBETH, una maravilla artística tan profunda en su concepción dramática, que desnuda a los llamados seres humanos con todas sus miserabilidades, pero también a un mundo deshumanizado, donde ya por entonces, los sectores políticos dominantes se asesinaban por el poder y por las ambiciones territoriales.

La idea de esta obra de arte se gestó en instancias de la pandemia que nos acechó, y cuenta mediante lo trágico y el grotesco que “a través del cuerpo de un actor (encontrado en la fosa del teatro) las brujas fatídicas del páramo de huesos representarán la tragedia habitación Macbeth para goce,deleite y catarsis metafísica de nuestra majestad creadora Hécate, vulgarmente conocida como el publico”

Pero hay algo más que engrandece esta ya inmortal plasmación artística, es que mediante, el arte teatral nos introduce en la histórica búsqueda del máximo poder y la gloria eterna sin importar formas y medio. Podían ser con las tradicionales y periódicas guerras o para complacer la ambición desmedida, las comunes y nefastas traiciones.

Audivert nos presenta al mundo como un teatro y a la humanidad como sus sufridos actores padecientes de los circunstanciales poderosos, antes por los reyes, la nobleza y la iglesia, hoy por el poder económico, más sutil pero con una violencia diferente y aún mas cruel.

La perversidad está representada en toda su integridad. Una subliminal penetración en la mente de quienes son artífices de las historias que nos son contadas, descubren sus fantasmas, sus miedos sus deseos de todo tipo Esos trastornos que padecen son estimulados y alimentados por otros que quieren aprovecharse de tales trastornos anímicos para enquistarse ellos en el disputado poder.

Shakespeare ya visionaba la gestación de una cruel sociedad, por ese tiempo en las cruentas disputas territoriales del imperialismo, colonialismo y sus variantes, sometiendo despiadadamente a los indefensos pueblos. Hoy ese poder militar, salvo alguna excepción, fue desechado por el despiadado y atroz ahogo económico.

Podríamos sintetizar que MACBETH dramatiza los nefastos efectos físicos y psicológicos de la ambición política, en aquellos que buscan el poder por si mismo. Aunque a través de los distintos personajes queda claramente demostrado que el poder no da libertad ni seguridad.

Mediante una sobria e inteligente escenografía Pompeyo Audivert creador de la dramaturgia ,actor y director de esta genial elaboración artística, da vida a los distintos personajes que dejan atónitos a los espectadores, y, si lo que están viendo, es una realidad o corresponde a otro mundo.

Las máscaras faciales que compone en las personificaciones, sus movimientos corporales en el espacio escénico, su inmensa y grandiosa ductilidad vocal, nos trasmite un dramatismo trágico, irónico y patético que solo lo pueden lograr los grandes de la escena teatral y lo suyo supera lo descomunal.

Sentí en el transcurso de la obra como un doloroso grito o advertencia de no seguir siendo los humanos, los únicos que seguimos tropezando con la misma piedra.

Pues la historia se sigue repitiendo y la angurria por la acumulación de riqueza sin saber para que, supera a la felicidad de una existencia. Esa ruptura de los espejos será por que no nos queremos ver?

Toda la parte técnica impecable y el acompañamiento musical de acordes y atonal por momentos, trasmite el clima conmovedor para tan dramático relato.


JAIME TARASOW .- AM 1580 TRADICION.-


AGREGO UNA NOTA DE NICOLAS PEDREGAL, PSICÓLOGO Y DIRECTOR DE UN GRUPO TEATRAL.

La belleza y actualidad del texto de Shakespeare no necesita ser subrayada, aunque vale la pena recordarla. La selección y adaptación del intérprete es excelente sin transformarla en excesivamente local ni dejarla en un modo demasiado neutro.
La ductilidad y la destreza que muestra Pompeyo en esa obra es impresionante. Te hace viajar con sus cambios en el cuerpo, las voces y los gestos, creando muchos personajes distintos, con un vestuario muy elemental, pero utilizado con gran creatividad, logra abrir los distintos espacios y escenas. Hay varias escenas extraordinarias, pero hay una en particular en la que participan cinco personajes que es apoteótica: con una fluidez muy orgánica va pasando de personaje en personaje hablando y respondiendo, haciendo que el espectador vea cosas que no están.
La escenografía es mínima y los objetos son pocos pero vivificados para acompañar al actor y darnos todavía un poco más. El cello en escena le da a la obra un clima que, junto con la puesta de luces, reafirma la dimensión fantasmagórica de la clásica tragedia.
Audivert nos muestra, una vez más, muchos de los aspectos del arte escénico ofreciendo todo su ser, navegando Shakespeare con cartas de Beckett.
No estaba seguro de que fuera posible que una persona pudiera realizar semejante performance. Una lección de arte.


Ficha Artístico Técnica:

Actuación y dirección: Pompeyo Audivert

Música y chelo en vivo: Claudio Peña

Diseño de luces: Horacio Novelle

Asistente de iluminación: Ana Heilpern

Vestuario: Mónica Goizueta / Marta Davico

Escenografía: Lucía Rabey

Asistentes de dirección - Producción ejecutiva : Mónica Goizueta / Marta Davico

Foto afiche: Bernabé Rivarola

Fotografía - Video de prensa: Santiago Martinelli y Verónica Costa

Redes sociales: Verónica Costa

Edición fotográfica: Fede Gianni

Colaboración en el montaje: José Toti Glusman

PRENSA DANI FRANCO


Funciones sábados a las 20 hs/ domingos a las 19 hs.

Dónde: Centro Cultural de la Cooperación

Sala: Solidaridad

Dirección: Av Corrientes 1543



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