EL CAZADOR Y EL BUEN NAZI

EL CAZADOR Y EL BUEN NAZI es un texto teatralizado por Mario Diament, sobre un encuentro que un día de mayo de 1975, el sobreviviente del holocausto Simon Wiesenthal recibió la inesperada y mas aún sorpresiva visita del criminal de guerra Albert Speer en su oficina de documentación.

Arquitecto de profesión y ex ministro de armamentos del régimen nazi de Hitler, había entrado en una forma de despegarse del nazismo luego de 20 años de detención, debido al proceso de Nuremberg, donde los jueces lo condenaron como responsable del desalojo de muchísimos judíos de sus hogares de Berlín. Fue acusado además por la explotación de trabajadores forzados en las fábricas de armamentos durante la guerra.

Se salvó de la horca por la liviandad de las penas de la justicia. Lo liberaron en 1966. Como una forma de limpiar su imagen , su conciencia y transformarse en buena persona, es este acercamiento al cazador de nazis del que había leído sus libros. Comienzan un diálogo de inicio sumamente formal y con brindis de por medio. De que podrían hablar dos personas que no eran, ni podrán ser amigas. Quizás la curiosidad de ambos por saber el uno del otro. Pero que se puede rescatar de un genocida de guante blanco?. Jura que nunca mató a nadie, pero con las armas que controló al fabricar ocasionó sesenta millones de víctimas entre muertos y lisiados. Es deleznable su pedido de perdón.

A medida que la conversación avanza Wiesenthal le pide una explicación sobre el Holocausto y a la despiadada matanza de 6 millones de judíos. A lo que responde que tal cifra es una cantidad abstracta , uno puede conmoverse, pero no le da trascendencia .

El interpelado niega haber tenido conocimiento de la solución final, a los campos de concentración, a los crematorios, a las cámaras de gas y a la in humanización del ser humano. Respuestas de tremendo cinismo de quien fue el mas allegado al fuhrer. La negación a los tremendos crímenes de lesa humanidad. El se abocaba a su trabajo aduce.

De las irónicas preguntas, pero fundadas y profundas , siempre las respuestas fueron el desconocimiento, quedando atónito cuando le fueron expuestas fotos tomadas por los mismos nazis, que una mente humana jamás hubiera podido imaginar tamaña y perversa matanza .

Toda ésta dramaturgia está basada en una abundante investigación y nos llega en instancias mundiales dónde está aflorando la barbarie belicista, pero el peligro mayor es el resurgimiento de grupos directamente nazis, como en Ucrania , actualmente en conflicto armado contra Rusia.

En una supuesta confesión Speer dice que Hitler eclipsó al pueblo alemán destruído luego de la primera guerra mundial y de la humillación al que llevaron a Alemania los triunfadores allá por los años 30 . El aún joven también quedó atrapado en el resurgente nacionalismo, pero hoy piensa distinto, aunque sus actitudes mas sus hipócritas actitudes, lo desmienten.

Que no es antisemita, pues en la escuela y la universidad tuvo amigos judíos, típico eslogan de los negacionistas, tratando de ocultar su verdadera discriminación tras esa excusa.

Generar diálogo entre víctima y victimario no es nada fácil, quiere congraciarse con la sociedad, echarle la culpa a otros cuando él fue cómplice y partícipe del tremendo genocidio que ha sido la masacre nazi.

No hay nada en la historia de la humanidad, un terror y un exterminio más inmenso que la del Holocausto, de la cual muy pocos asesinos fueron condenados en el juicio de NUREMBERG. La “justicia” no encontró pruebas para condenarlos, y distintos gobiernos los acogieron, el Vaticano les dio pasaporte, nuestro país fue partícipe de ello. La verdad y la justicia para las víctimas y la humanidad, ¿DONDE QUEDO?

Todo el nazismo fue una maldad planificada , la solución final tenía la finalidad de eliminar de la faz de la tierra a todo indicio de judaísmo, humanos incluídos, pero las naciones dieron vuelta la cara, ante tanta barbarie. El fin de la guerra se avecinaba. En 1942 ya se sabía del horror nazi, las fuerzas del tercer Reich se estaban derrumbando hacia fines de 1943, sin embargo, los aliados no destruyeron las vías férreas que conducían a Auschwitz, como una cuasi complicidad con las fuerzas hitlerianas.

Todo lo conmovedor, humanismo y si se quiere el típico humor judío de Wiesenthal, se trastoca con la frialdad, indiferencia y total cinismo, que de mostraba el jerarca nazi Speer, declamando su inocencia.

Se dice que si no miramos, analizamos y aprendemos del pasado, no podremos no equivocarnos del presente y el futuro por llegar. Hoy estamos en ésta peligrosa disyuntiva.

Esta impresionante concreción artística llega al público hasta emocionarlo al máximo. Cuando ya se despiden, el sobreviviente le solicita un minuto mas y le hace conocer algo que lo destrozó. Dos actores que no lo parecen, más bien nos ponen como cómplices de un diálogo abierto, entre un victimario y un sobreviviente de la masacre más inmensa de la historia.

La maravillosa actuación de Jean Pierre Noher, como Simon Wiesenthal y Ernesto Claudio como Albert Speer se debe en todo a la estupenda dirección de uno de nuestros máximos directores Daniel Marcove, quien manejo los diálogos con mano maestra, generó los tiempos con emocionantes silencios y movimientos actorales que apasionaron al espectador, sin hacer melodrama del texto.

Una concreción artística inolvidable y jalón enorme para nuestro teatro.

JAIME TARASOW.- AM 1580 TRADICION.-

TEATRO EL TINGLADO- MARIO BRAVO 948.- LUNES 20.30 HS.-

FICHA TECNICO-ARTÍSTICA

Autor: Mario Diament
Actúan: Jean Pierre Noher y Ernesto Claudio
Voz secretaria: Gabriela Licht
Diseño vestuario: Daniela Taiana
Diseño escenografía: Hector Calmet
Diseño iluminación: Miguel Morales
Musicalización: Jean Pierre Noher
Realización escenografía: N.C, JM. CH, S.L, Paula Molina
Realización vestuario: Volodymyr Hlavadskyy
Fotografía: Gianni Mestichelli
Diseño gráfico: Nahuel Lamoglia
Comunicación y prensa: Mutuverría PR
Producción ejecutiva: Mauro J. Perez, Alberto Teper
Asistente de dirección: Christian de Miguel
Dirección: Daniel Marcove