STEFANO

Algo del grotesco, del sainete pero con inmenso dramatismo es ésta magnífica propuesta teatral, quizás la obra mas emblemática de Armando Discépolo que es STEFANO, estrenada en 1928, que nos adentra en una familia italiana emigrada a nuestro país.

Las nefastas políticas sociales, que como aun hoy día aquejan a las masas populares y las continuas guerras, fueron las consecuencias para el arribo a estas tierras, de quienes soñaban con mejorar su nivel de vida y no dudaron en emprender tal empresa. Pero los sueños como los deseos, no siempre se convierten en realidad.

Esa fue la triste verdad de muchos inmigrantes que fracasaron o no llegaros a concretar ese ideal de una vida mejor con prosperidad y como era el lema que circulaba en la Europa de esa época “venir a hacerse la América.” Esa masa humana llegaba con ideas sociales de avanzada.

Stefano es uno de esos soñadores que trata de asentarse con el objetivo de desarrollarse como ser humano. Viene con bagaje de elogios como músico y compositor e intenta que los mismos le sean aquí reconocidos. La situación económica de entonces solo favorecía a la oligarquía. Era un país agro exportador, la industria era aun incipiente por lo que conseguir trabajo no era fácil.

Había hecho venir a su familia incluído sus padres, que vendieron todo lo que tenían, por lo que pesaba la dura carga y la responsabilidad de concretar las aspiraciones de ese bienestar prometido.

La vida, se dice, es un movimiento de pérdida y de búsqueda. Discépolo al generar ésta dramaturgia sabía de las dificultades de la vida cotidiana y las analiza con los diferentes personajes. Aquí no son todos inmigrantes sino están sus hijos ya nacidos en esta tierra, mirando el porvenir desde otra óptica.

El pesimismo, los reproches, la desesperanza van aflorando en el transcurso de la obra; las dificultades son la vida misma o son producto de esa vida que se intenta evitar, pero el querer no siempre en este injusto universo es poder. El hambre y las necesidades cotidianas no entienden de injusticias y Discépolo supo interpretar e identificarnos con estos sufrientes seres.

Al riquísimo libro, debemos agregar primero las estupendas actuaciones del extraordinario elenco, que se adentran en los personajes y que permiten trasmitirnos y sensibilizarnos sobre el drama que los aqueja. Además es de resaltar las estupendas actuaciones de los inmensos Jorge Paccini y Norberto Gonzalo, bajo la formidable dirección de Osmar Núñez, que transformó una obra pintoresca con profundo sentido social elaborándola en una enorme composición dramática y con un magnífico manejo actoral. Una hermosa socialización de talentos.

Las frustraciones que se sufren en la existencia permiten a su vez con esfuerzo restablecerse de tal negativa experiencia y a empezar con la solidaridad y estímulos a esperanzarse nuevamente . Ese sentimiento de gambetear las dificultades está presente en el positivo final.

JAIME TARASOW.- AM1580 TRADICIÓN.-

TEATRO LA MÁSCARA.- PIEDRAS 740.- SÁBADOS 21 HS.-


Ficha técnico artística

Autoría:
Armando Discépolo
Actúan:
Norberto Gonzalo, Patricio Gonzalo, Pablo Mariuzzi, Jorge Paccini, Elena Petraglia, Paloma Santos, Lucas Soriano, Maria Nydia Ursi-Ducó
Diseño de vestuario:
Alejandro Mateo
Diseño de escenografía:
Alejandro Mateo
Diseño de luces:
Cristina Lahet
Realización escenográfica:
Salvador Aleo, Marina Gonzalez, Norma Rolandi
Fotografía:
Ana Maria Ferrari
Diseño gráfico:
Leandro Correa
Asistencia artística:
Mónica Benavidez
Asistente Fotografía:
Walter Cesar Remus
Asistencia de dirección:
Ruth Scheinsohn
Prensa:
Marcos Mutuverría
Arreglos musicales:
Gerardo Amarante
Producción ejecutiva:
Claudia Díaz
Dirección:
Osmar Nuñez



 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

"DORA, un ingrediente especial"

EL EQUILIBRISTA

EL HOMBRE DE ACERO