LAS ISLAS EN EL MANICOMIO

LAS ISLAS EN EL MANICOMIO es una estupenda concreción artística que auná un personaje ficcional con una triste realidad histórica que fue la guerra de Las Malvinas. Un trágico y cruento delirio en la que los golpistas que usurparon un gobierno constitucional, a través de una demencial soberbia, sin preparación y equipamiento, decidieron enfrentarse con la segunda fuerza marítima del universo, tratando de seguir perpetuando la brutal y nefasta dictadura cívico militar clerical de los años setenta.

El arte debe incomodar y no debe tener límites, debe ser auténtico para criticar y desarmar los mandatos hegemónicos tradicionales de esta degradada sociedad, por considerárselos factores de sumo riesgo para la humanidad.

La notable e incisiva dramaturgia de Vicente Zito Lema, gira en torno a un diálogo de un ex combatiente, personificado como Miguelito, con un poeta. Es una creación de ficción, es un personaje creado a partir de vivencias reales de un ex combatiente internado desde muchos años, prácticamente abandonado en un hospicio de nuestro país. Padece de consecuencias psíquicas del enfrentamiento bélico, pero como el lo grita “no debería estar en este lugar.” Los diálogos son jugosos, por momentos estremecedores, patéticos cuando va relatando que quienes engañados fueron a defender a la patria debieron enfrentar a dos enemigos: los gurkas ingleses y a los propios oficiales y sub oficiales nuestros que castigaban a los soldados como en la plena dictadura.

Zito Lema aborda la temática como una continuación del terrorismo de estado, creando un espectáculo que al decir de quienes lo generaron “pretende poner ante nuestros ojos la verdad de una sentencia poética: si hay un infierno está en la tierra.”

Eran los mismos represores con los mismos métodos de atroces torturas sin importar consecuencias, así fuera por comida y por la hambruna que padecían, mientras las panzas de ellos estaban llenas. Una valiente denuncia a los crímenes lesa humanidad cometida por esos inhumanos.

El diálogo con el poeta que lo visita, ahonda en lo más profundo de las dramáticas vivencias de quienes fueron la carne de cañón, las infamias cometidas en los campos de batalla contra los heroicos y desguarnecidos soldados, mientras salvo alguna excepción, quienes la comandaban miraban la contienda de lejos.

El desprecio de las indefensas víctimas fue total en el silencioso regreso de los sobrevivientes . En los diálogos se menciona la elevada cantidad de suicidios por desamparo como por enfermedades de todo tipo hubo después. Dolores e incomprensiones que todavía subsisten hoy en día.

La degradación y la discriminación para ellos no tenia límites y el hospicio y los neuro-psiquiátricos era el alojamiento para quienes ofrecieron sus vidas y padecieron la inmoralidad de la guerra que destruyó sus cuerpos, sus almas, sus vínculos familiares, sus objetivos de una vida plena. Estos institutos eran como un espejo gigante que refleja la crueldad de la sociedad mercantilista que en las confrontaciones militares, obtienen el rédito a sus miserables ambiciones económicas, victimizando a los inocentes pueblos en momentos que un nefasto negacionismo está siendo predicado.

Un vibrante y aleccionador alegato anti belicista, que trata de inculcar que las palabras deben preceder a las balas en instancias que estamos perdiendo la memoria, que es el idioma de los sentimientos, que el pasado nunca pasa y no se puede ni se debe renunciar a él.

Dos magníficas plasmaciones actorales Miguel Wahren como el indagador poeta. Nara Carreira personificando a Miguelito. Es un trabajo descomunal, su transitar por el espacio escénico hace honor a Stanislavski, que creó la técnica actoral y la acción física en el impulso creador. Su despliegue físico, sus movimientos faciales y manos, su desenvoltura total hacen memorable su trabajo actoral, esas gesticulaciones de un afectado de patologías neurológicas demuestran un importante trabajo de investigación.

Impecable todo lo ateniente a la parte técnica y un sobresaliente a la parte musical de la pianista Alicia Mazzieri y de Daniela Augurio en el contrabajo. May Re realiza una emotiva vocalización

La dramaturgia y la puesta en escena son las que ideó Vicente Zito Lema y Regine Bergmeijer y Gianni Floschatti en la asistencia de dirección.


JAIME TARASOW.- 158O AM TRADICIÓN.-

TEATRO HASTA TRILCE.-MAZA 177.-

FICHA TÉCNICO- ARTÍSTICA

Dramaturgia y puesta en escena: Vicente Zito Lema
Actúan: Nara Carreira y Miguel Wahren
Canto: May Re
Piano: Alicia Mazzieri
Contrabajo: Daniela Augurio
Diseño de iluminación: Sergio Iriarte 
Producción y asistencia de dirección: Regine Bergmeijer y Gianni Fioschatti                
Prensa Giacani- Lauro.-


 







 

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