MONGO Y EL ANGEL

MONGO Y EL ANGEL es una estupenda realización teatral que con alguna pizca de grotesco, intenta despertar del adormecimiento mental que está padeciendo una parte importante del núcleo habitacional de nuestro país.

La sorprendente e incisiva historia que nos cuenta Héctor Oliboni, la concreta a través de tres personajes que por distintas circunstancias de la vida se convirtieron en seres marginales. Los personajes están bien diseñados, los que son hoy en día parte de la lamentable escenografía que vemos diariamente, debido a la política neo liberal imperante, que está arrastrando a una pobreza inusitada y al espacio público, convertido en hogar de esos desclasados, llevados a la indigencia.

La capacidad humana para humanizar, es trastocada por intereses económicos que tienen a su servicio las mejores herramientas de persuasión. Ademas inundan los medios gráficos con degradantes mensajes, como “que los pobres lo son porque no quieren trabajar.”

Mongo es un músico que llego a ser un importante violinista que hoy día, se gana el sustento diario como músico callejero en la puerta del teatro donde la noche de su triunfo como artista, al volver al hogar encontró su cama ocupada. La reacción y la muerte del ocupante le costó 16 años de cárcel.

Pino, el Angel es un personaje indescifrable, es un linyera que vive del cirujeo en situación de calle, es noble y solidario, sumamente verborrágico, consciente de la perversidad de la sociedad que lo excluyó y llevó a tal vivir en tales condiciones.-

Mongo y Pino son dos personalidades sumamente disímiles. Pino habla se regodea con la basura, gesticula, grita incitando a la gente a despertarse no en solo en el hecho a levantarse, sino a llenar ese vacío que les insuflaron a las mentes. Mongo parco, de pocas palabras irascible, temeroso de la presencia policial, pero ambos tratando de enfrentar la vida entre la basura, los cartones y los desperdicios. Son seres sensibles conmovedores que a medida que se van conociendo tratan de comprenderse y en lo posible ayudarse.

La tercera es una meretriz con inmensas frustraciones y soledad en su existencia, que sostiene que el jornal que se recibe por trabajo no alcanza para vivir, por tal razón se prostituyó, adquiriendo asimismo la libertad de actuar en la hipócrita sociedad. Pero aun en su angustiosa como opaca subsistencia, los incita a compartirla y disfrutarla mirando el futuro con optimismo porque en soledad es difícil salvarse.

El siempre recordado Roberto “ Tito” Cossa expresó que “toda obra teatral es política porque habla de la realidad”, y que en esta obra está ampliamente identificado, y también plasmando lo maravilloso de este arte, el contacto casi íntimo entre actores y espectadores que se concreta emocionando a los mismos.

La magnífica dirección de Marcelo Velázquez da la posibilidad de descomunales actuaciones de Bautista Duarte, Martín Urbaneja y una inolvidable Silvina Katz.

Muy creativa la escenografía como la caracterización y el vestuario de los personajes. Correctos todos los detalles técnicos.-

JAIME TARASOW.- 1580 TRADICIÓN.-

TEATRO DEL PUEBLO .- LAVALLE 3636.- VIERNES 20 HS.-


Ficha técnico artística

Dramaturgia:
Héctor Oliboni
Actúan:
Silvina Katz, Bautista Duarte, Martín Urbaneja
Caracterización:
Paula Molina
Diseño de vestuario:
Paula Molina
Diseño de escenografía:
Ariel Vaccaro
Realización de escenografia:
Ariel Vaccaro
Redes Sociales:
Carolina Krivoruk
Música original:
Fernando Laub
Diseño De Iluminación:
Alejandro Le Roux
Fotografía:
Lucas Suryano
Comunicación:
Kasspress
Diseño gráfico:
Ana Willimburgh
Asesoramiento en magia:
Mateo Garcia
Asistencia de dirección:
Lucas Suryano
Prensa:
Kasspress
Producción ejecutiva:
Cristina Sisca
Dirección:
Marcelo Velázquez

Duración: 60 minutos


 




 

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