ENCUENTROS EN CONSTITUCIÓN

- marzo 01, 2025

Esta maravillosa creación artística que es el teatro, no deja de sorprendernos por sus permanentes logros, la audacia en sus concepciones como en su plasmación integral.

ENCUENTROS EN CONSTITUCIÓN es una joyita que se adentra dentro del universo de quienes sufren del “trastorno bipolar”, enfermedad mental que se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, circunstancia que quizás equivocadamente se la puede confundir con una incipiente locura. Es presentada en un momento muy difícil para el entorno de la salud mental de quienes padecen de cierta discapacidad, cuando desde las mas altas esferas del actual gobierno en su concepción ideológica se los considera seres desechables y tildados de “idiota, débil mental, imbécil, retardado.¿ No serán ellos los desechables?

El gran mérito de la obra es que nos introduce en la intimidad de una paciente con esas alteraciones, que tiene permanentes encuentros en una terminal ferroviaria, con alguien que la va indagando como si fuese un viaje a su mas conflictiva intimidad.

En realidad es como un diálogo monologado donde ella va contando su historia. Es un ser que va respondiendo las supuestas preguntas, tiene necesidad de descargar sus traumas buscando comprensión y todo se desarrolla como mediante retazos episódicos, donde los deseos frustrados se entrelazan con la realidad del hoy.

Así sabemos que tuvo conflictos en su infancia, sin relaciones protectoras ni formativas, que estuvo casada y no tuvo hijos, pero en sus relatos habla de un comprensivo matrimonio, una buena relación de pareja que no existió pues debido a su enfermedad fue una frustrante relación matrimonial. También cuenta la emocionante relación con un hijo, deseo este que en la realidad no pudo concretar y que son parte de sus desvaríos.

En esos retazos que se van alternando en los tiempos, nos cuenta las dos internaciones padecidas, los electro shock que sufrió como al hiriente tratamiento en ese universo de la salud mental a las que fue sometida.

Es consciente de su padecimiento y por ello es que las asume y nos las trasmite con humor. En algo se parece a lo que la literatura judía nos cuenta del humor y la ironía conque el pueblo judío enfrentó su trágica y cruenta existencia.

Los desengaños que se sufren en la existencia permiten a su vez restablecerse de tal experiencia y a empezar de nuevo y a esperanzarse en ella. La esperanza o los deseos a concretar, son en si mismos, una forma de la ansiada felicidad, que es lo que ella buscaba en su lucidez .

El lenguaje y la puesta escénica son fascinantes. Solo un banco alargado de estación tiene Cecilia Cósero como decorado. Su altísimo nivel actoral nos deja absortos. El siempre recordado Tato Pavlovsky expresó respecto a la singularidad del teatro, “ que para el actor es el único arte donde podes estar solo en el escenario y haces teatro”.

Hay también quienes sugieren que no hay que interpretar este arte pensando mucho en el personaje, sino que pensarlo cuando se lo está interpretando. No se si ello es real, pero lo de Cósero tiene mucho de ello. Es algo terminantemente memorable componiendo esta mujer frágil y fuerte a la vez, con gran lucidez pese a sus desórdenes de comportamiento.

Un enorme mérito para la concreción de este logro teatral se debe a la magnífica dirección de Mateo Chiarino sumamente sutil como emocionante que atrapa a los plateistas,

Entre las enormes infamias que viene soportando nuestra vida democrática del gobierno de turno, una de ellas es la de desfinanciar la cultura , la educación, además la sanidad vive su momento mas desolador, como el cierre de hospitales neuropsiquiátricos. Es por ello el enorme valor de emprendimientos como este que nos advierten los peligros de una sociedad cada vez mas enquistada en la violencia y la eliminación lisa y llanamente de todo discapacitado.

JAIME TARASOW.- Miembro de EDIT (encuentro de divulgadores independientes de teatro).

Ficha técnico artística