MEMORIA DE UN CREPÚSCULO
Está ya sabido que los dramaturgos bucean en la literatura un lugar al que el teatro también tiene pertenencia, donde lo que se relata y la plasmación artística logre esa magia que tiene la puesta en escena, para lograr atrapar al espectador .
MEMORIAS DE UN CREPÚSCULO, es un texto conmovedor de Stephen Belber con una adaptación de Giles-Elordi, que se adentra en una historia sobre una pasajera relación amorosa de la adolescencia, donde se entrelazan el pasado y el presente. Magui y Juan se reencuentran después de 25 años de ese fugaz amorío en la costera ciudad de Miramar.
Ella lleva una exitosa labor en los medios de comunicación, luego de haber superado con esfuerzo y obstinación, un tartamudeo que le creó innumerables dificultades de relación. El es dueño de una empresa de jardinería y administrador de casas. Sin embargo a pesar del buen nivel de vida y solvencia económica, ambos llevan un pasado negro.
Un simple decorado, solo unos cubos blancos, que habrán de cumplir distintas funciones y una sonoridad musical son los únicos acompañamientos para los dos actores.
La memoria, se dice, es el idioma de los sentimientos, que está latente en uno y nunca se olvida y algo de ello les ocurre a estos dos solitarios seres.
El encuentro es sorpresivo. La familia de Magui tenía una casa en esa marítima ciudad y en una fugaz pasada ella va en búsqueda allí de algo muy íntimo en la espera de encontrarlo después de tanto tiempo.
El conocimiento sobre el pasado siempre tiene implicaciones en el presente y este inesperado encuentro generó una atracción en un presente diferente de ambos. Aunque ambos buscan una felicidad hasta entonces esquiva. Transitan la vida como si fuera que a una comida le falta condimento.
Las conversaciones sobre el ayer y la atracción del hoy los va acercando cuando se confiesan secretos de sus vidas, surgiendo un turbio pasado con un doloroso presidio de Juan de mas de una década atrás, que Magui no logra absorber, pese a las desesperadas explicaciones de él pidiendo comprensión.
Las conductas humanas no siempre son fáciles de discernir. El enorme Albert Einstein expresó que lo peor de las conductas no son los que cometen delitos, sino los que los ven y no hacen nada. Juan lo pagó caro.
Seguramente la ficción no da respuestas ni educa pero si puede encender una luz de comprensión. Es lo que le sucede a la mayoría de los espectadores .
La dramaturgia presenta el interrogante si es posible la existencia de una segunda oportunidad, la comprensión y el perdón ante la pasividad del delito por otros cometido. Es el dilema o la catarsis a resolver.
Todo texto por mas brillante, precisa sobre todo de un proceso creativo de la dirección para lograr el impulso creador del actor y MEMORIAS DE UN CREPÚSCULO, lo concreta a pleno. Cecilia Chiarandini y Alejandro Giles componen sus personajes con una ternura y pasión que emocionan al máximo en actuaciones mas que descollantes. Merceditas Elordi genera escenas de honda ternura poética.. En suma un espectáculo fascinante donde somos testigos del crepúsculo presenciado.-
JAIME TARASOW.-MIEMBRO DE EDIT.-(encuentro divulgadores independientes de teatro)
TEATRO EL TINGLADO .- MARIO BRAVO 948.- SÁBADOS 17HS.
Ficha técnico artística
- Autoría:
- Stephen Belber
- Traducción:
- Cecilia Chiarandini, Merceditas Elordi, Alejandro Giles
- Intérpretes:
- Cecilia Chiarandini, Alejandro Giles
- Vestuario:
- Crepúsculo
- Escenografía:
- Edgardo Aguilar
- Iluminación:
- Edgardo Aguilar
- Redes Sociales:
- Nico Matías Urra
- Música original:
- Braian Arévalo
- Fotografía:
- Laura Elizabeth Ibarborde
- Diseño gráfico:
- Leandro Martín Correa
- Prensa:
- Duche&Zarate
- Dirección:
- Merceditas Elordi
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