UN NARCO LLAMADO EL CHUECO , y otros criminales

UN NARCO LLAMADO EL CHUECO, y otros criminales.

Es un duro texto sobre uno de los flagelos que hoy día se ha globalizado lamentablemente que es : la droga, ya enquistada en todos los ámbitos de la sociedad. También la dramaturgia ahonda en temas como los códigos, la verdad, la mentira , la desconfianza, el miedo y las deplorables convivencias.

La temática sabiamente elaborada por Guillermo Salz, nos introduce en el ámbito de dos calamidades que están azotando a la humanidad que están siendo fomentados indirectamente por quienes monopolizan el dominio económico, político y social del actual nefasto universo.

Ellos son el narcotráfico, ya enquistado hasta en los colegios y el periodismo tanto oral como el escrito de consumo masivo que en convivencia con los grupos de poder, que más que informar están desinformando.

Este logro artístico magnificamente dirigido por Guillermo Ghio logra fascinar al plateísta, que nos presenta un periodista de uno de esos medios de amplia difusión que debe realizarle un reportaje a un narcotraficante que aun detenido sigue en actividad.

El encuentro se desarrolla en un centro de detención de máxima seguridad y el diálogo entre ambos no sera tarea fácil, cuando el detenido comienza a desconfiar sobre la intención del encuentro y el periodista le confiesa que de no concretarlo perdería su trabajo.

Todo se realiza en un clima muy tenso cuasi violento y un ácido humor flota en medio de tales ásperos diálogos, pues ambos son víctimas de este sistema .

Las cárceles están llenas proveedores de droga al por menor pues les reditúa un ingreso mayor que un trabajo formal. En este caso no se sabe el nivel del detenido cuando le comenta al notero que su infancia y adolescencia fueron llenas de frustraciones y violaciones, nacido en una familia de bajo nivel económico y sin estímulos formativos.

Eso nos hace pensar que es muy probable que su relación con el universo de la droga fuese como una rebeldía a la sociedad que lo desintegró.

De a poco el verdadero motivo de la entrevista se irá dilucidando con una intención insospechada, tensión que se trasmitirá a la platea ante el trágico final.

La problemática de la droga ¿se solucionará con el castigo a los perejiles o con la investigación sobre los reales y encumbrados traficantes?. Lo curioso es que en los países que sus gobernantes mas se deshacen en la “supuesta” lucha contra la misma, sus ciudadanos son los mayores consumidores.

Las luchas contra las mafias no siempre son las correctas, pero si son perfectibles, siempre y cuando hay un interés político de ir al fondo sin importar los intereses que afecten y no deteniendo a pequeños distribuidores que son las víctimas de a través de la mentira de esta corrupta sociedad.

Todo gira en torno a la permanente disputa dialéctica entre la verdad y lo creíble. Pues la verdad se puede imponer como en el nazismo cuando su ministro de propaganda Joseph Goebbels inmortalizó la infamia de que una mentira dicha una vez es tal, pero repetida infinidad de veces termina en convertirse en verdad. Para eso, está el cuarto poder que es el periodismo, especialmente el corruptible.

Un párrafo especial merecen con ponderación la actuación de Juan Carrasco, como el periodista y Eduardo Poli como el narcotraficante, que realmente enorgullecen el nivel actoral de nuestro teatro, lo que demuestra su altísimo formación, y que debido a la desastrosa política cultural de este nefasto gobierno negando y desfinanciando la pequeña ayuda que recibía el Instituto Nacional del teatro, puede hacer desaparecer lo que tanto costó construir y tan valorado fuera de nuestras fronteras.-

JAIME TARASOW.- MIEMBRO DE EDIT (encuentro divulgadores teatro independiente)

TEATRO ITACA .- HUMAHUACA 4027.- SABADOS 21 HS

Ficha técnico artística

Autoría:
Guillermo Salz
Actúan:
Juan Carrasco, Eduardo Poli
Redes Sociales:
Gisella Sirera
Fotografía:
Nadja Jorge Veloz
Arte:
Guillermo Ghio
prensa.
Valeria Franchi
Diseño gráfico:
Horacio Carro
Asistencia de dirección:
Gisella Sirera
Producción ejecutiva:
Gisella Sirera
Dirección general:
Guillermo Ghio
Agradecimientos:
Lucas Avigliano, Itaca Complejo Teatral

 

 


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